miércoles, 7 de mayo de 2008

Función Principal de la Hermandad

Dentro de los cultos que la Hermandad celebra el más importante es la Función Principal, que las Reglas la establecen el segundo domingo de Cuaresma, y que el día de mañana será la culminación del Quinario en honor de Nuestro Padre Jesús de la Salud.

La Función Principal consiste en Misa Solemne con sermón, y al Ofertorio pública Protestación de Fe, con juramento solemne de creer y defender las verdades fundamentales de nuestra religión, con especial referencia a la defensa de la pureza inmaculada de la Virgen María, según la fórmula que se establece en el Anexo II de las Reglas de la Hermandad, y que se transcribe más abajo. En este culto están presente, en lugar bien visible, la bandera corporativa y el libro con las Reglas y Estatutos por los que se rige la corporación.

Al ser la Fiesta Principal de la Cofradía es una Misa general de comunión a la que deben asistir todos los hermanos portando la medalla. Nuestra Hermandad en este día también celebra su anuel imposición de medallas a nuevos hermanos tras la homilía del Director Espiritual.

Protestación de Fe:

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas realmente distintas y un solo y verdadero Dios. Amén.

Notorio y público sea que nosotros, los Hermanos de la Hermandad Penitencial y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Injusta Sentencia y María Santísima de la Estrella, en este día en que, siguiendo las Ordenanzas de nuestras Reglas, nos reunimos para celebrar con toda solemnidad la Función Principal de nuestro Instituto y hacer colectivamente y de modo público la protestación de nuestra Santa Fe como hijos fidelísimos de nuestra Santa Madre la Iglesia: Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana, en la presencia de Dios Nuestro Señor, y ante las Sagradas Imágenes de Nuestra Cofradía, de todo corazón y de modo unánime decimos:

Que creemos firmemente y confesamos a un solo Dios Todopoderoso, Crea­dor del Cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; y nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; resucitó al tercer día de entre los muertos; subió a los Cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creemos en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Igualmente afirmamos, creemos y confesamos la real, verdadera y sustan­cial presencia de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía y que la Santí­sima Virgen María fue, en virtud de los méritos de su Hijo, Nuestro Redentor, preservada desde el primer instante de su bendita concepción, de toda mancha de pecado original. También confesamos, afirmamos y creemos que esta Excelsa Señora, Madre de Dios y Madre nuestra, terminado el curso de su vi­da temporal, fue llevada en cuerpo y alma a los Cielos. Y para mayor Gloria de Nuestro Señor Jesucristo y de su Madre Bendita a la que profesamos un singular amor y ardiente devoción, hacemos solemne voto y juramento, sujetos siempre al magisterio de la Iglesia nuestra Madre, que la Santísima Virgen es nuestra Intercesora ante el trono de Dios y Mediadora materna de todas las gracias que el Señor derrama sobre nosotros, así como su Hijo es Mediador en­tre el Padre Celestial y la Humanidad por Él redimida y en esta Fe queremos siempre vivir, y en ella esperamos morir y por la misericordia de Dios y la intercesión de la Santísima Virgen de la Estrella, gozar algún día de las delicias inefables de la Gloria. Así sea.
Foto: Función Principal de 2007. Fernando Montes Macías