Con motivo del décimo
aniversario de la bendición de la imagen del Señor de la Salud la Junta de
Gobierno ha estimado oportuno encargar la realización de unos diseños que
enriquecieran de manera considerable el ajuar propio de nuestro titular y que
fueran fruto del amor y la devoción de sus hermanos y devotos.
El artífice de los diseños es el proyectista
granadino Álvaro Abril Vela, artista que en su campo es una de las
personalidades más relevantes del panorama nacional, que lleva trabajando en la
Hermandad desde el año 2015 en proyectos tan ambiciosos como el paso de palio
de nuestra titular mariana o en la orfebrería de nuestro estandarte
corporativo, todo ello bajo un marcado estilo propio creado para nuestra
Hermandad.
POTENCIAS:
El proyecto de
nuevas potencias, que serán realizadas en plata de ley, de un marcado estilo
barroco-rocalla, inspiradas en creaciones y materiales propios del preciosismo
del siglo XVIII, que algunos ejemplos podemos ver en retablos de nuestra sede
canónica, el Templo conventual de Santo Domingo, pues la estética de la
Hermandad siempre ha querido mimetizarse con el entorno que la acoge.
Con una estructura donde los motivos se introducen de
forma ascendente, nacen las potencias sobre dos eses en las que ya vemos un
elemento característico y que se va a repetir: el entrelazado de vegetación en
espiral, en este caso intercalado con pequeñas amatistas. De ahí surge la
galleta central, de diseño asimétrico, siendo esta una de las peculiaridades de
las potencias, junto al fondo de la misma que tendrá partes de carey, otra de
las peculiaridades y que hará únicas a esta obra de orfebrería en honor del
Señor.
El centro de la galleta, calado al igual que diversas
partes de la misma, presenta un Sol en representación de Cristo como luz radiante
salvífica del mundo. De esta parte central asciende metiéndose en el cuerpo de
rayos más vegetación con amatistas intercaladas que se elevan hasta el rayo
central donde en espiral se enreda hasta rematar en una carnosa hoja. El resto
de rayos son plisados a excepción de los más bajos que repiten el esquema del
central con vegetación en espiral rematadas en una hoja, dando así una
impresión en conjunto de simetría y orden de la pieza cuando en realidad toda
ella es una obra donde las curvas y contracurvas otorgan una lucha de volúmenes
propia del estilo rococó y donde el contraste entre el frío de la plata junto
al tono oscuro y limpio de la amatista y el tono cálido del carey conferirán a
la pieza un equilibrio lumínico que ante todo destaque el divino rostro del
Señor de la Salud.
Es deseo de la Hermandad que estas potencias sean una
realidad el próximo año con motivo del X Aniversario de la Hermandad, por ello
se pide la colaboración tanto de hermanos como de devotos.
TÚNICA:
Igualmente proyecta en estilo rocalla propio del siglo
XVIII, está diseñada para ser confeccionada en terciopelo morado bordada en
plata como es algo propio y característico de nuestra Hermandad. Los bordados
se dividen en zonas autónomas y delimitadas en pecho, mangas y parte bajo
aunque manteniendo, pese a la autonomía un mismo criterio.
Por
su parte, el bajo de la túnica se presenta con una tira bordada de forma
ondulada y de ahí parte, al igual que ocurre en las potencias, que son a juego,
grandes eses con vegetación entrelazada sobre las que emergen grandes cartelas
cegadas con un juego de ajedrezado y voluminosas hojas de acanto de estilo
dieciochesco que simbolizan la Pasión de Cristo, todo ello de manera ascendente
para que la visión de los bordados acabe siempre en el rostro del Señor, pues
todas estas prendas aparte de simbolizar la realeza de Cristo tienen un
significado iconográfico sin el cual serían inconcebible, pues todos los elementos
que en los bordados se representan poseen un valor simbólico.
Tanto
esta túnica como las potencias forman parte de un mismo conjunto diseñado en
honor del Señor de la Salud, que será completado por un broche en el pecho
también a juego que el autor lamenta no haber podido acabar para la fecha de
presentación, pues complementa a todo el conjunto a modo de cuarta potencia, ya
que en las primitivas representaciones de Cristo se le presentaba con cuatro
rayos de luz a modo de cruz griega, pasando posteriormente, y especialmente
desde la época barroca, a eliminar este cuarto rayo de luz que quedaría oculto
tras la cabeza.