martes, 24 de marzo de 2020

CRÓNICA CULTOS AL SEÑOR DE LA SALUD 2020

Esta Cuaresma 2020 está siendo para todos los españoles un duro camino. Nuestra Hermandad, salvo por la Función Principal de Instituto aplazada a noviembre, ha podido desarrollar los cultos anuales que dedicamos al Señor de la Salud a pesar de la incertidumbre que se atisbaba.



El sábado 29 de febrero un buen número de hermanos y fieles se dieron cita en el Templo Conventual de Santo Domingo para participar en el solemne Vía Crucis presidido por la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud por las calles de nuestra ciudad histórica, realizando estaciones en los conventos de hermanas clarisas de santa Clara y san Pablo. El Señor de la Salud aparecía ataviado con la túnica de terciopelo marrón que normalmente lleva durante los cultos del Seráfico Padre San Francisco de Asís, así como el cíngulo franciscano. En el paso se podían ver por primera vez en él los cuatro faroles de madera que se estrenaron el año pasado y que fueron ideados para este paso. El exorno floral consistía en tulipanes y fressias en tonos malva y orquídeas, ranúnculos, alstromelias y crisantemos en tonos naranjas y tostados, complementado con espinosteñidos.

El Vía Crucis transcurrió con la solemnidad acostumbrada pudiendo cargar con el Señor todos los hermanos que lo desearan, teniendo igualmente un importante cortejo de hermanos con hachetas y monaguillos. Especiales momentos fueron en los que la Coral In-Pulso intervino con piezas musicales que animaban al recogimiento y la oración.








Fotos: José Luis Plaza
El siguiente viernes, 6 de marzo, los fieles y devotos volvían a ocupar los bancos de Santo Domingo donde se prepararon para vivir la vigilia de oración que el Grupo Joven de la Hermandad había organizado antes de comenzar el Devoto Besamanos al Señor. En un templo iluminado por la luz de más de 200 velas, la vigilia comenzó con la Exposición de Su Divina Majestad delante del Señor de la Salud. La adoración eucarística estuvo animada por el órgano del templo, una bella reflexión por fray Miguel Ángel quien dirigió la vigilia y actos como la entrega de la luz al Señor por todos los jóvenes. Agradecemos la asistencia al Delegado de Cofradías y Hermandades D. Francisco Javier Romero a este acto. Seguidamente se procedió al Devoto Besamanos donde ya se advirtió que no se podía besar ni tocar la imagen, haciendo una reverencia ante la Sagrada Imagen.








Así el sábado y el domingo se celebró el devoto Besamanos donde los fieles sustituyeron el beso por una reverencia al Señor y grandes momentos de oración. Desde aquí agradecer a los hermanos que escoltaron al Señor por su cercanía con los fieles y la preocupación por extremar las medidas de prevención. La capilla del Señor era una gran catequesis con el lema de la carta cuaresmal del Papa Francisco:«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20)  

En una capilla forrada con damascos granates se encontraba el Señor de la Salud ataviado con la túnica de terciopelo color cardenal, las potencias de plata de ley, carey y amatistas, y el cíngulo de plata. El Señor aparecía como el medio redentor ante un Gólgota con la cruz triunfante en la cima y distintos elementos formando una vanitas. Así en la base del monte realizado con corcho, musgo, minerales y fósiles, aparecían representaciones de los poderes terrenales, de los pecados viejos y actuales entre flores marchitas, espinos, cactus y maleza. A los pies de la Santa Cruz y entre un monte florido y vivo elementos de devoción como la corona franciscana, el rosario, las normas de ayuno y abstinencia, novenas y misales. Estos elementos llevan al fiel a santificar su alma y poder redimirse.

A ambos lados del monte dos ejemplos de penitencia y santidad, san Pedro de Alcántara y san Roque. Estos dos ejemplos ya gozan de la visión de la gloria de Dios y es a lo que el devoto que se acerca al besamanos debe sentir, desechar la banalidades terrenales y aspirar a los tesoros del Cielo. Así, dos grabados antiguos sobre el sacramento de la reconciliación y la salvación de las almas por las llagas de Cristo, explican al fiel la redención del Señor.

Destacar de la decoración el exorno floral, especialmente las dos ánforas más grandes del paso de la Virgen de la Estrella adornadas con rosas cool water y ocean song, orquídeas, fresias, claveles, statice, flor de cera...

















Más de mil personas pasaron delante del Señor de la Salud, orando ante la epidemia que se avecinaba y se oía entre los medios de comunicación. Da la casualidad que a pesar de estar pensado el montaje desde enero, se pudo venerar la imagen de san Roque, terciario franciscano protector contra las epidemias al igual que san Sebastián al que en nuestra Hermandad invocamos cada día para proteger nuestra ciudad de esta terrible enfermedad.





El martes, el presbiterio de Santo Domingo amanecía con el retablo efímero del Señor de la Salud con más de una treintena de cirios encendidos. El Quinario, predicado por los padres franciscanos, a los cuales agradecer que asistiera toda la comunidad todos los días y las bellas palabras dedicadas al Señor y a la Hermandad. Según iban pasando los días, las medidas se endurecían teniendo que reaccionar en cuestión de días y a partir del jueves, de horas. El Cabildo General transcurrió con normalidad aunque la asistencia bajó, también en la permanencia de los cultos, muchos fieles asistían pero no se quedaban mucho tiempo. El viernes no se pudieron realizar las actividades programadas por el Grupo Joven ante las medidas que estaba tomando la Diócesis y el Ayuntamiento, así hasta el Vía Crucis tuvo que rezarse desde los bancos siendo dirigido hacia el Señor con oraciones de rogativas que los frailes le hacían. 

El sábado, tras decidir el aplazamiento en el día anterior de la Función Principal a los cultos de la Virgen en noviembre, y con las calles desiertas se pudo celebrar el último día de quinario, muchos hermanos realizándolo desde sus domicilios y una pequeña representación de hermanos en el templo, junto a la comunidad franciscana. Siendo previsores desde el viernes dispusimos todo para que si no podíamos volver al templo, el Señor de la Salud estuviera dignamente presidiendo el presbiterio durante toda la cuarentena y desde allí proteja al pueblo de Cáceres mientras los hermanos realizamos las rogativas.

Así el domingo por la mañana llegó la noticia del cierre de los templos y nos despedíamos de poder visitar al Señor y su Madre aunque los frailes siguen cuidando de nuestros Titulares y orando por todos nosotros.







Fotos: Archivo Hdad.